Somos muchas las empresas que procuramos crear organizaciones en las que las personas estén a gusto. Hay muchas iniciativas, como poner futbolín, clases de yoga, un gimnasio, traer fruta, hacer estiramientos todos juntos,… y alguna más. Todo muy bonito, pero que no se nos vaya la olla. De poco sirve tener un futbolín si tu jefe es un tirano o estás en una organización en la que no te desarrollas. Tampoco es conveniente convertir el trabajo en ocio, porque después habrá que convertir el ocio en trabajo. Tenemos que convertir las empresas en entornos agradables para trabajar, pero antes de esto, debemos cumplir con los básicos de toda la vida: desarrollo, comunicación, transparencia, reconocimiento, seguridad, participación, proyecto compartido,…
Porque se enamora del futbolín y de la fruta al principio, pero luego…
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