LA EXTINCIÓN DE LA RAZA

Cada vez estamos más cerca de nuestra propia extinción. Comento muchas veces que los botones rojos que pueden destruir el mundo están en manos de personajes, algunos de ellos con demencia senil. Pero no necesitamos mucha ayuda, nos bastamos nosotros mismos. En mi opinión hay dos factores predominantes que nos acercan a la destrucción como especie, o al menos a la idiotez; la clase política y la tecnología. La primera, porque el nivel no puede ser más bajo. Da igual el color. Gente que no sirve para nada, y que como tiene que comer se mete político. Y meto en el saco a todo el espectro político, desde una esquina a la otra (como siempre, y por fortuna, hay excepciones, lamentablemente pocas). Gente que no ha pisado una empresa nunca y legisla sobre ellas. Gente que no sabe lo que es jugarse su dinero, pero juega con el de los demás. Gente que hoy dice una cosa pero la hemeroteca decía lo contrario. Gente que cambia las normas internas de su partido para ganar más ellos. Sin la mínima vergüenza ni dignidad para dimitir. De hecho, nos sorprende cuando un político alemán dimite, porque aquí no suelta el cargo nadie. Gente que cuando habla, adoctrina, algunos sin estudios y en el cargo por enchufe. Eso sí, tenemos lo que nos merecemos. Porque todo obedece a una cultura y a una sociedad. Los políticos que tenemos reflejan la sociedad que somos. Los programas de la tele también. Aún recuerdo cuando en la tele francesa echaban un debate sobre un libro en concreto y en la española el debate era sobre Ana Obregón.

El segundo factor es la tecnología. Creamos artilugios que nos evitan pensar, que nos reclaman y a los que dedicamos un montón de horas que son basura. Nos estamos idiotizando. Entre los unos y lo otro, cada vez somos más estúpidos.