Hace muchos años en una de las negociaciones del pacto de empresa, el comité de empresa me pedía que pagásemos un bonus en función de los años que llevaba cada persona en la empresa. Les respondí que eso ya lo hacíamos obligados por ley, a través del concepto antigüedad, y que además, el premio gordo de la antigüedad es seguir trabajando en la empresa.
Opino que no debemos pagar a las personas en función de los años que llevan en la empresa, sino en función de lo que aportan a la misma. Que lleves muchos años en una empresa no significa, en todos los casos, que seas el que más aporta. En ocasiones, ni si quiera que aportes. Puede significar simplemente que cumples con tu trabajo, o que cuesta demasiado rescindir tu contrato.
Las empresas debiéramos “pagar” en función del mérito. Con “Pagar” me refiero a las diferentes formas, no específicamente la económica; vía ascensos, reconocimientos, concesiones especiales… No es más que retribuir de forma justa el valor que aporta cada uno a la organización. Los días del calendario que llevas en una organización por si solos no aportan valor. Aporta valor lo que eres capaz de hacer con lo aprendido de las hojas de calendario arrancadas. En otras palabras, el mérito no es estar, sino hacer.
Para muestra un botón…
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