LAS COSAS IMPORTANTES SUCEDEN DESPACIO

Decidir bien es importante pero no todas las decisiones son iguales. Hay decisiones que son importantes y merecen tiempo de análisis y reflexión. Hay decisiones que no son importantes y tendremos que dedicarles poco tiempo. Hay todo tipo de personas. Los que dedican el mismo tiempo a todo (peligro), los que necesitan todo el tiempo del mundo para decidir cualquier cosa (parálisis), los que deciden al instante (arqueros), los que no deciden (cómodos o miedosos) y los que deciden bien.

Hay una combinación de reflexión y tiempo que se da cuando las decisiones a tomar son muy urgentes. Cuando alguien se está ahogando en el mar, no conviene hacer excesivo análisis sobre la temperatura del agua, las olas y el  viento, hay que actuar. No obstante, en la mayoría de ocasiones, las cosas importantes suceden despacio, y las decisiones hay que tomarlas con calma. Un embarazo lleva 9 meses. Cambiar de trabajo merece una reflexión profunda. Salvo que te cases en Las Vegas vestido de Elvis, normalmente le dedicarás cierto tiempo a pensar sobre tu boda. Construirte una casa lleva mucho tiempo. Correr una maratón lleva mucho tiempo de preparación previo… En definitiva, se trata de proyectos.

En la empresa debería ser igual. Todo aquello que tiene cierto calado debería tener una reflexión profunda previa. Su tiempo de análisis y contraste de posibilidades. Este tipo de decisiones, deberíamos entenderlas como proyectos, y salvo que sean extremadamente urgentes, dedicarles el tiempo que se merecen.