Hace muchos años, los sindicatos fueron necesarios. Tenían su hueco y un papel importante en el mundo laboral. En determinadas organizaciones, todavía hoy, hacen falta, sencillamente porque los que mandan son unos tiranos. Y ahí encuentran su propia medicina, gente de destrucción de proyecto compartido, más que de construcción. Normalmente, las personas que están en el sindicato no han trabajado nunca, o son los que menos ganas han tenido siempre de trabajar. Como en todo, siempre hay excepciones, habiendo personas que contribuyen al proyecto empresa desde el comité de empresa. Desgraciadamente, son la menos. El resto, representan a trabajadores para no trabajar o hacerlo lo menos posible. De los liberados, prefiero ni hablar. En lugar de “luchar” por mantener la empresa que les da de comer, “luchan” por mantener el sindicato al que representan.
En otras empresas, sin embargo, y cada vez en más, son innecesarios. ¿Por qué tendríamos que necesitar sindicatos en una organización en la que hay transparencia, la comunicación es abierta, nos entendemos y se piensa en las personas? ¿Por qué necesitamos intermediarios en un proyecto compartido?
No hacen falta. En lugar de unir desunen, y el proyecto se segmenta. Creo sinceramente que hace falta un cambio de mentalidad profundo en los sindicatos. Sin empresa no hay sindicatos, pero sin sindicatos si hay empresa, y suele ser mejor. Esto no es una guerra, y hasta que todos los agentes seamos conscientes, difícil será el camino.
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