MANERAS DE DIRIGIR

Hay dos formas de dirigir, contando con las personas o usando a las personas. En la primera de ellas, las personas te interesan, su estado, el de su familia, el que entiendan las cosas que suceden en el lugar donde pasan 8 horas al día, que si le va bien a la empresa les vaya bien a ellos, … En el segundo caso todo lo anterior da igual. No te hace falta saber sus nombres, ni siquiera si se encuentran bien o mal, ni el grado de motivación o satisfacción respecto al proyecto. Pagas 8 horas por ejecutar una tarea. Son como las máquinas, les damos un número, y cuando una se cansa o no funciona bien, la cambiamos por otra. No digo que en el primer caso no haya que sacar a las personas que no van bien, pero se realiza un esfuerzo por entender su situación y se les da margen para el cambio.

En la primera manera la involucración es total, muchas veces en el horario laboral y fuera del mismo. En la segunda, la involucración es reducida o nula fuera del horario laboral, y en muchas ocasiones durante el mismo.

Cuando queremos repetir tareas, posiblemente la segunda forma de dirigir nos baste. Ahora bien, en la situación actual en la que hay que innovar, ser competitivo, viajar, mejorar y cambiar constantemente, la segunda forma no vale. Para esto, tu organización tiene que estar en la primera forma de gestionar, la basada en las personas. Para repetir, el loro.