Las empresas no debemos jugar con el miedo, y mucho menos con el dolor. Nuestra gente tiene que estar motivada e involucrada con el proyecto, y esto se consigue mediante el amor, no mediante el miedo. El miedo nos encoge, bloqueándonos totalmente para la creatividad y la acción. El miedo genera despilfarro, cientos de emails guardados o documentos impresos por si acaso. Las empresas debemos trabajar desde el amor, el respecto y la autonomía. Lo repito muchas veces, el mayor tesoro que va a darte tu empresa está en la interrelación con otras personas.
Estos días leo sobre la funeraria que cambiaba los ataúdes antes de la cremación. Esto es jugar con dolor. Aprovecharse de la gente en un momento de duelo. Hay muchas maneras de saltarse la ética, pero me parece mucho más duro cuando se salta en momentos de dolor ajeno. Hay muchas formas de hacer dinero. Suelo decir, que el dinero es el resultado de cómo se hacen las cosas, del proceso. Quizás falte matizar en la frase anterior ” dentro de unos criterios éticos”. Todo lo que se hace hacia fuera, se hace hacía dentro. Esta gente, no puede ser buena.
La ética contribuye a que nuestra organización sea como es y lo que es. Nuestros valores son parte de nuestro ADN, son nuestra forma de ser. No todo vale. Mi bien no puede estar en tu mal (salvo laboratorios farmacéuticos) utilizando procedimientos tramposos. Cuesta lo mismo hacer el bien que el mal. ¿Por qué hay tanta gente empeñada en hacer mal? Llevarte mal con tus compañeros, ser desagradable, quejarse constantemente, hacer trampas,…
Todo se resume en algo que hemos oído infinidad de veces; haz lo que te gustaría que te hiciesen. Humaniza.
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