El ojo humano está diseñado para buscar el error y pasar desapercibido el acierto. Lo bueno es lo frecuente y el error es lo puntual, por ello, éste último destaca sobre el anterior. Señalizamos muchas veces el error, sin haber señalizado nunca o pocas veces lo bueno. Parémonos a analizar lo bueno de todo lo que nos rodea. Agradezcamos a nuestra gente lo bien que lo hace. Pongamos en valor su esfuerzo. Busquemos que se repitan los comportamientos que queremos ensalzando lo bueno. Si una persona hace cientos de tareas bien y un par mal, ¿no sería mejor poner el foco en que continúe haciendo lo que ya hace bien? Señalar el error corrige, señalar el acierto impulsa.
Reforzar conductas para que se repitan y se copien. Se conviertan en socializadoras para otr@s. Motivar y reforzar además de alentar. Se olvida en ocioso es por parte de líderes. Gracias Jon