Las personas siguen a gente que les inspira. A personas que son referente y que les pueden ayudar a crecer. Nadie sigue a un fracasado, a un inepto o a un amargado. Seguimos a aquellos que despiertan emociones en nosotros. Aquellos que nos ilusionan y que nos provocan a hacer el camino con ellos. El talento normalmente busca dos cosas en una organización; tener retos, y tener buenos profesionales al lado. Nadie quiere trabajar con gente incompetente que son un freno.
Existe una excepción. Se da cuando en una organización todos son ineptos, y obviamente, siguen a un inepto:
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