SOBRE EL CONTROL

El control es necesario cuando algo no funciona, pero no debe ser algo constante y continuo. Sí creo que debe existir un control de monitoreo, cuatro cosas que nos indiquen que la situación está bajo control, pero nada más. No obstante, sí debemos controlar cuando un tema se está desviando. Si producimos mal, no nos quedará más remedio que tener que controlar la calidad del producto, si tenemos problemas de tesorería, deberemos controlar el gasto, y así con todo. Pero el control gratuito sobra, precisamente, porque no es gratuito, cuesta mucho dinero. El control en sí, no genera valor. Llevado al límite, podría ser infinito, de forma que todo el mundo estuviera controlado por su superior inmediato. En ese caso apenas se generaría valor. Por ello, debemos controlar solo cuando es necesario, sabiendo que no va a aportar valor, y lo hacemos para encauzar una situación que se ha desviado. El control cuando hay algo fuera de limites es necesario. El control cuando todo está dentro de límites es innecesario, y denota desconfianza. Una fuente de desarrollo de las personas es la autonomía, y un excesivo control las puede ahogar. Controlemos lo justo para realizar seguimiento de la situación y profundicemos cuando haya desviaciones o tendencias negativas que puedan ser importantes.

Corremos el riesgo de controlar todo y sin un sentido claro…