Es fácil obtener éxito en lo que deseas, solo tienes que pagar el precio. A la mayoría de las personas les gusta el resultado de lo que ven en otros, e incluso pueden llegarlo a envidiar, pero pocas están dispuestas a pagar el precio por alcanzar ese resultado. Todos tenemos sueños, es gratis, pero alcanzarlos es caro. Cada sueño tiene un precio. Dependiendo de lo ambicioso que sea el sueño, será más o menos caro, más o menos alcanzable. ¡Qué bien hablas italiano! Quizás desconozcas los años que fui a clase los martes y los jueves de 19h30 a 21h00, y la de domingos por la tarde que me pasé haciendo deberes. ¡No sé cómo puedes nadar 10km seguidos! Olvidas los cientos de kilómetros de entrenamiento que llevo a mis espaldas. ¡No sé cómo sacas tiempo para hacer todo lo que haces! Quizás desconozcas que me levanto todos los días a las 6 de la mañana. Todos tenemos sueños, pero solo se cumplen aquellos por los que pagamos el precio que se precisa para alcanzarlos.
Vamos con un par de ejemplos reales:
Un admirador halagó a Andrés Segovia: Maestro, daría mi vida por tocar como usted.
El guitarrista le contestó: Ése es el precio que pagué.
Y…
“Mireia Belmonte sueña a lo grande”, contestó en 2014 el director técnico de la Federación Española de Natación, Jose Antonio del Castillo. En la misma conversación, su entrenador el francés Fred Vergnoux, fue más explícito con la clave de sus éxitos: “ Cuando pregunto a los nadadores cuántos quieren ser medallistas olímpicos, todos alzan la mano. Cuando les digo lo que hay que hacer para lograrlo, solo Mireia la mantiene levantada”.
Del libro Espíritu de remontada de Jose Luis Llorente
Muy bueno
Buena reflexion