Las cosas que normalmente perduran han sido realizadas con paciencia. Como ejemplo, la Gran Muralla China:
Pues sí, se hizo con paciencia y con una solida planificación. Si no, hoy no estaría.
Muchas veces hacemos las cosas deprisa y corriendo, persiguiendo un resultado a corto. Puede que éste sea vistoso, pero no duradero. Para que cale necesitamos horas de dedicación. Planificar, implantar, revisar y corregir.
Hace unos años entramos en una espiral de velocidad. Todo es urgente, para ya. Cuando todo es urgente, nada es urgente, ya que todo tiene la misma prioridad. Quizás debiéramos trabajar más la paciencia, y entender que para los resultados a largo, hay que tirar de ella. Eso si:
¡Bendita paciencia!
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