La responsabilidad se paga, pero también hay que ejercerla. Cuando alguien te contrata para una función, te paga para que realices esa función. Toda función lleva asociada una responsabilidad, y esa es tu parte. Desde la señora de la limpieza hasta el director general de la compañía. Recibes un dinero como contraprestación por hacer algo. Hay personas que olvidan esto, y se quedan solo con la primera parte de la frase; “recibes un dinero”, y se olvidan de la segunda parte; “como contraprestación por hacer algo”. En el camino, tratan de cumplir con unos mínimos. Amigo, si no cumples tu parte del contrato…
Las organizaciones necesitamos personas responsables. La responsabilidad lleva asociada la autonomía, y por tanto la delegación. Con personas responsables, cada individuo realiza su función, y no necesitamos que unos cubran las ineficacias de otros ni que se controle a nadie. Adicionalmente, la autonomía permite el desarrollo de las personas, pero sólo puede existir autonomía donde hay responsabilidad.
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