Los comienzos de cualquier tarea o proyecto pueden dar pereza. Mi consejo: empieza, aunque no tengas muchas ganas. La propia acción genera inercia, y esa inercia te pone en marcha.

Las oportunidades son como las puestas de sol. Habrá muchas para ti, pero no habrá dos iguales. Cada día que te pierdes la puesta de sol estás perdiendo un momento único.

Me da igual que no te guste la IA, no te queda más remedio. Es como decir en su día que no te gustaba internet, el móvil o el correo electrónico.

Si hacemos lo mismo que hace 20 años, y de la misma forma, no duraremos mucho. Si tenemos gente normal, que hace su trabajo de forma normal, seremos mediocres.

Son quienes te rodean los que te mejoran, o te empeoran. Te guste o no, una parte importe de tu forma de ser y hacer viene definida por las personas con las que compartes más tiempo.

Reflexiono estos días sobre el esfuerzo y el impacto asociado. Al menos, el impacto debería ser proporcional al esfuerzo realizado, punto 2 en el gráfico.

Los tiempo difíciles forman mejores personas y profesionales. Aprendemos cuando tenemos retos, o si quieres, puedes llamarles problemas. Cuando todo es fácil y cómodo es complicado crecer.

Cada persona tiene una escala de la felicidad. A algunos les cuesta mucho ser felices, y a otros poco. Es recomendable se feliz con poco.

Me gusta honrar el pasado. Todo está por algo. Hoy es el resultado del camino realizado ayer. No debemos menospreciar lo construido.

Los que dirigimos empresas debemos crear las circunstancias para que las personas se sientan cómodas y quieran contribuir con su esfuerzo. Es lo que yo llamo “el carnaval”.

Tengo 53 años. La esperanza media de vida en España para un hombre es de 80,3 años. No obstante, hay algunos que mueren con 100 años y otros con 20.

Cuando una persona siente pasión por lo que hace, se nota.