No hay una asignatura que enseñe a dirigir personas. Las organizaciones pecamos de ascender a personas que hacen bien su función para que dirijan a otros y nos olvidamos de formarles en la dirección de personas. Es necesario que cuando pongamos a alguien al frente de un equipo nos preocupemos de medir si está capacitado para ello. Si no lo está, deberemos formarle.
Aunque hay gente que se adapta bien…
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