Hace algun tiempo Jaume Gurt (Director General de Infojobs) me comentó que le habían propuesto escribir un libro para una causa benéfica. Al final del libro quería incluir un apartado sobre “empresas con alma” y me ofreció la oportunidad de escribir algo sobre Hidro Rubber. Esto es lo que escribí para el libro “Diseña tu futuro. Atrevete a ser tú: la felicidad en el trabajo es posible“:
Cada uno de mis días es diferente en función de las cosas que me van sucediendo a lo largo del mismo. Sin embargo, cada día no puedo ser diferente para las personas que están a mi alrededor y con las que me relaciono, ya que pensarían: «A ver cómo viene hoy…». Por ello, es básico que me conozca a mí mismo, trabajarme para poder adecuarme a las diferentes situaciones que se me van a presentar a lo largo del día y de mi vida, y que estar conmigo no se convierta para los demás en algo «imprevisible». Debemos conocernos a nosotros mismos para, así, desde un escenario estable, conocer a los demás. Para conocerte a ti mismo, primero tienes que analizarte bien. Para descubrir y conocer al otro hay que «rozar». Mirarse a la cara. Compartir cosas juntos. No es cuestión de segundos ni de minutos, es cuestión de días e incluso de años. De ganar confianza y credibilidad mutua. Es muy fácil se empieza por una herramienta muy sencilla, «la pregunta». ¿Cómo estás? ¿Qué tal tu familia? ¿Cómo ves la empresa?… Y así hasta el infinito y más allá.
Una de mis principales funciones como director general es la de desarrollar personas. A medida que se desarrollan las personas, estas también desarrollan la empresa en la que trabajan. Logramos dos objetivos, un desarrollo individual y uno colectivo. Creo que cualquier situación que se dé en la vida cotidiana, al igual que en el trabajo, es una oportunidad para aprender y evolucionar. El problema está en que la mayoría de las personas no tenemos la mente en «modo aprendizaje». La vida nos va dando lecciones constantemente, a veces grandes y a veces pequeñas, que no somos capaces de ver.
En el año 2007, un día normal que bajé a planta, una persona que entonces era jefe de turno me preguntó: «Jon, ¿puedo cambiar de casa?».
Al no entender muy bien la pregunta, le contesté: «Pregúntaselo a tu mujer, no entiendo por qué me lo preguntas a mí».
A lo cual él me respondió: «Jon, yo no sé cómo va la empresa. No sé si dentro de tres meses estaremos aquí, o dentro de cinco años. Tampoco sé si tú cuentas conmigo para el proyecto, ni las ideas que tienes para esta empresa. Sin embargo, tengo que pedir una hipoteca para bastantes años».
Esta conversación fue clave para mí ¿Cómo pretendemos tener a gente involucrada en la organización si no conoce cómo va el negocio? ¿Cómo una persona va a sumar sus ganas a un proyecto si no sabe si mañana va a estar en él? ¿Cómo va a estar motivado ocho horas al día en su puesto si no conoce la contribución de su trabajo al proyecto global?
A partir de aquí empezamos a gestionar las personas, a comunicar (el proyecto, la estrategia, el resultado económico, la aplicación de las piezas que producimos, los proyectos nuevos…), a juntarnos (de forma individual y grupal), a reconocer, a escuchar…
No obstante, tenemos que ser conscientes de que un cambio cultural necesita tiempo. El resultado es a medio-largo plazo. Tenemos que ser conscientes de que hay que dar para poder recibir en el futuro, e incluso entender que de algunas personas nunca recibiremos nada. Es una apuesta, pero personalmente creo que merece la pena.
Jon, me encantó descubrirlo en el libro. Llegar hasta allí y encontrarme este inspirador texto. Ha sido grato volver a leerlo aquí. Quien no se haya leído el libro, es una muy buena lectura sobre un liderazgo bien entendido. Jaume tiene mucho coraje, además de ser muy inteligente.