Tengo que renovar un certificado de la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre para dos empresas y acudo a Correos. La persona que me atiende no sabe hacerlo, pero llega “el jefe” de la sucursal y le empieza a enseñar. Respeto los códigos de indumentaria, pero con ciertos mínimos. Que el jefe de la oficina esté en chándal no me parece muy correcto. Le enseña cómo hacerlo y le deja sola. Se atasca y aparece “la veterana”. Le dice que como le ha explicado “el jefe” no, que es un lío, que hay que hacerlo como le dice ella. Textualmente: “Mucho jefe, mucho jefe, pero la experiencia, es la experiencia“. Lo dice suficientemente alto para que todos los que estamos en la oficina le oigamos, incluido “el jefe”. Pero no pasa nada. Cuchichean un rato susurrando sobre el jefe, esta vez para que no se oiga. Reflexiono:
Claro que, para terminar con el surrealismo, me fijo que sobre el mostrador hay dos bolígrafos rojos para firmar, ambos idénticos, con la propaganda de UGT. ¿Entidad pública con propaganda de un sindicato? Para hacérselo mirar… una mañana en Correos.
Muy bueno