Todo a nuestro alrededor cambia muy rápido. Por ello, tenemos que saber movernos en entornos diferentes, y ser muy ágiles en el cambio.

Es necesario estar al día en todo lo que rodea a tu sector y a tu función.

Todo lo que hacemos en la vida debe tener cierto equilibrio, y digo cierto, porque en función de tu etapa vital y el contexto, unas actividades pueden requerir más atención que otras.

La cultura de tu empresa posibilita e imposibilita. Culturas herméticas frenan el cambio, culturas abiertas lo acunan. Todos los años nos visita un equipo directivo de otra empresa.

Repito muchas veces que si alguien no está a gusto en nuestra organización, que se vaya. La puerta de salida es muy grande, y no hay que hacer gran esfuerzo para abrirla.

Desde hace unos años, hay dos factores que afectan a todas las empresas del mercado;

La incertidumbre: prácticamente cada año ocurre algo que nunca antes había ocurrido.

La definición de “estándar”, es la de la mejor forma conocida de hacer algo.

Hoy hablamos del trabajador del conocimiento, la persona en el centro, de la inteligencia artificial, de la digitalización y la descarbonización.

El Yo es importante. Tú eres importante. Solo puedes contribuir al mundo, ayudar a otros, realizar un buen trabajo cuando tu yo está trabajado, en desarrollo o completo.

Hacer cosas de forma diferente es bueno, enriquece. No somos conscientes de la gran cantidad de cosas que hacemos de la misma manera sin darnos cuenta, sencillamente por rutina.

Damos por hecho que nuestra forma de entender y de ver la realidad es la normal.

Es complicado meter en cintura a personas que están acostumbradas a organizarse a su modo y forma. He tenido la experiencia de establecer agendas de trabajo estándar a diferentes personas.