Los comienzos de cualquier tarea o proyecto pueden dar pereza. Mi consejo: empieza, aunque no tengas muchas ganas. La propia acción genera inercia, y esa inercia te pone en marcha.

Si hacemos lo mismo que hace 20 años, y de la misma forma, no duraremos mucho. Si tenemos gente normal, que hace su trabajo de forma normal, seremos mediocres.

Me gusta honrar el pasado. Todo está por algo. Hoy es el resultado del camino realizado ayer. No debemos menospreciar lo construido.

Si hay que cambiar, se cambia. Pero… cambiar por cambiar…

Vivimos en un contexto de cambio permanente. Duro para los que no quieren cambiar, los reticentes.

Mejoramos por repetición. Cualquier variación en una tarea o cualquier proceso nuevo nos genera incertidumbre. Hacer como lo hemos hecho siempre nos da un determinado resultado o rendimiento (HOY).

Cuando una persona no quiere cambiar no cambia.

Los tiempo cambian, para los demás y para ti.

Puedes comprar el tiempo de una persona, normalmente durante 8 horas al día, y ésta, a cambio, realizará unas llamadas, meterá unos datos en el ERP, archivará unas facturas, hará unos ensayos,

Es clave no tocar la esencia. Aquello que funciona y que nos hace ganar dinero. Hay empresas que se obcecan en cambiar por cambiar. Cambiar porque se supone que el cambio es bueno.

El origen del cambio debe ser pasar de un estado A a un estado B, considerando siempre que el estado deseado B va a ser mejor que el A.

Todo a nuestro alrededor cambia muy rápido. Por ello, tenemos que saber movernos en entornos diferentes, y ser muy ágiles en el cambio.

Es necesario estar al día en todo lo que rodea a tu sector y a tu función.