Los factores desencadenantes de la acción son solo dos; el miedo o los sueños. El miedo a algo peor nos moviliza al cambio.

Es importante vivir TUS sueños. Si, TUS sueños, no los de los demás. Mucha gente es algo que no quería ser. Simplemente, porque sus padres, sus amistades o la propia sociedad le han llevado ahí.

Es más fácil que consolide lo que se hace por evolución, ya que se van construyendo las bases necesarias en el tiempo.

Cuando alguien no quiere cambiar, no te molestes, no hay nada que hacer. Dale espacio y tiempo, y quizás más adelante entre.

Decía Emilio Duró “el amor se va, pero ella se queda” (es igualmente válido con el género opuesto, género fluído, bigénero, transgénero, pangénero, queer,… vamos, que todos

Como el buen vino, cada año que pasa estás mejor. Así que, si tienes pensado hacer una maratón, espera 10 años, que estarás mucho mejor que ahora.

Cada negocio es diferente, a pesar de poder estar en el mismo sector. Debemos luchar contra lo genérico. Debemos ir a nuestra esencia y analizar qué es lo que nos hace diferentes de la competencia.

Vivimos una época de cambio continuo e imprevisible. Esta época no tiene fin, va a ser así para siempre.

Suelo recomendar parar y mirar atrás. Pero no mirar hoy al día de ayer, sino dar saltos más grandes para poder apreciar los cambios. El cambio es lento.

Hay gente para todo. Y en todas las casas cuecen habas. O lo que viene a ser lo mismo, tú, también los tienes.

Conozco poca gente que pueda permitirse vivir sin trabajar. Bueno, realmente todos podríamos hacerlo, pero nuestro estilo de vida sería muy diferente al actual.

La gente puede cambiar. Normalmente, poco. Nos cuesta mucho abrirnos a pensar que la forma en que somos y pensamos es mejorable, y preferimos seguir siendo como somos y actuando como actuamos.