Está de moda hablar de talento. Además, últimamente escasea. El talento elige. El talento se paga. El talento es trayectoria. El talento son horas de dedicación a algo que te hace valioso.

Tu género no te hace mejor. Hombre o mujer eres persona, así que serás mejor o peor persona. Mejor o peor profesional. Pero nada de mejor o peor por ser hombre o por ser mujer.

En ocasiones, es necesario saber frenar. Es importante ser siempre consciente de la velocidad que uno lleva, y también, conocer que a mayor velocidad, la frenada precisa de más tiempo.

Siempre he considerado que la autonomía es una de las claves para el desarrollo de las personas. Dar a estas la posibilidad de que decidan, apliquen lo que han decidido y analicen el resultado.

“Tengo pronto” no es una justificación mediante la cual uno pueda hacer cualquier cosa.

Para mi, el líder de un equipo tiene que realizar dos funciones principales: contratar bien y hacerlos crecer una vez que están dentro.

Todo tu éxito depende del éxito de tu gente.

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Nadie regala nada. Se trata de trabajo, esfuerzo y constancia.
La vida te da la oportunidad de poder aprender continuamente cosas, de cualquier persona y en cualquier lugar.

Hace ya un tiempo, estuve en Barcelona a petición de un cliente con el que tenemos muchos años de relación. Nos solicitaron la posibilidad de compartir experiencias en la gestión de personas.

Comienzo diciendo que este es un tema complejo, ya que llevaría a tener mucha información de mucha gente, y no suele ser posible.

Muchas de las cosas que en nuestra empresa consideramos normales, son extraordinarias para otros. Lo cotidiano se normaliza, y no le damos valor.

Agradecemos poco, y yo el primero. Muchas veces damos por hecho.