Hay 7.000 millones de personas en el mundo y ninguna tiene la misma huella dactilar. Sin embargo cuando queremos motivar, normalmente aplicamos las mismas acciones para todos.

Por propia experiencia sé que la mayoría de las empresas fallamos en la implantación. Pasamos mucho tiempo diseñando, para luego querer implantar a toda velocidad.

Pues si, eso que deberíamos tener todos y muy poca gente tiene. Eso que o se tiene o lo padecen los demás. Eso que no se enseña en ningún sitio.

Más nos valdría a todos tener las ganas y la fuerza que tiene Tim, en lugar de desperdiciar el esfuerzo quejándonos!

Cuando nos fijamos objetivos, estos tienen que ser altos, alcanzables pero retadores.
Si conseguimos el 80% de la meta fijada y esta es alta, será mucho.

Muchas veces tenemos la sensación de que todo está ya inventado. Sin embargo, alguien inventa algo nuevo, rompedor.

Es muy difícil encontrar a gente en el punto medio.

Seis y media de la mañana, suena el despertador. ¡Horror! ¡Pánico! tengo que ir a trabajar. Ese agujero negro, esa mina, donde paso gran parte de las horas de mi vida.

Hace algún tiempo surgió este palabro que he de reconocer que a mi no me gusta. Me encanta el concepto, pero no la palabra en si.

Recuerda que cuando las cosas vayan bien, es el momento de seguir trabajando con la misma intensidad, o quizás con una intensidad superior.

Es muy importante ser coherente, y además, mantener esa coherencia en el tiempo.

Mañana participo en la jornada “Reindustrializar Navarra para ganar” organizada por APD y Deloitte con una ponencia de 30 minutos sobre “Flexibilizar el mercado laboral y contener l