A todos nos cuesta cambiar. El cambio no es más que pasar de una situación conocida y estable, a otra desconocida e inestable durante un periodo de tiempo.

“El amor no es amor si se altera cuando hay una alteración”. William Shakespeare.

Normalmente una empresa muere por una causa raíz determinada, pero generalmente, la mayoría de las causas terminan en un problema común, falta de tesorería y no poder hacer frente a los pagos.

Dedicamos mucho tiempo a analizar la inversión en maquinaria. A definir exactamente lo que necesitamos y queremos.

Las mismas estadísticas que se dan en tu pueblo, provincia, comunidad , tu país, tu continente y el mundo, se dan en tu empresa.

Algunas no es un número. Pronto no es una fecha. Algunas dentro de poco no es NADA.

Los planes acostumbran a llevar una acción, un responsable y una fecha.

Todavía nos quedan algunos días mas de confinamiento, pero además, luego, la vuelta será gradual.

Vaya por delante que cada uno tiene su situación (mercado, plantilla, económica,…) y que la decisión debe ser diferente por ese motivo.

Vivimos momentos turbulentos de decisión rápida. Tú, como director general, tienes toda la responsabilidad de cómo reacciona tu empresa ante la invasión del coronavirus.

Se dice que nunca segunda partes fueron buenas, pero como estas son adicionales, si lo son.

Me parece muy triste escuchar que tienen que cerrar playas en Valencia, Alicante y Murcia porque están llenas de madrileños que ante la crisis del coronavirus se han ido de vacaciones.

La semana pasada vi este video de Javier Imbroda en “El Intermedio”. Este hombre llegó a ser seleccionador nacional del equipo español de baloncesto. Ahora, zozobra en política.